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viernes, 3 de diciembre de 2010

Menuda Algarabía Se Montó


La asignatura de habilidades de la comunicación oral y escrita es una asignatura que vamos a necesitar ahora y siempre tanto como personas como futuros maestros y que es muy práctica, ya que trata de estudiar, analizar y perfeccionar la forma en la que escribimos y hablamos.

Pues bien, un día la profesora pidió una voluntaria al azar sin saber para qué era. Salió una chica y nos explicaron el siguiente ejercicio: ella debía de dictar algo que había en una hoja, y nosotros sin poder hacer preguntas y ella sin poder hacer gestos, debíamos, en este caso, dibujar unas figuras geométricas que se asemejaban a un dibujo. Hasta aquí todo parece muy fácil. Pero llegó la hora de la verdad y todo fue un caos. Que si la línea era vertical u horizontal… que cómo era la línea vertical… que si el rectángulo grande o pequeño… que si muy grande o solo grande… que como se ponía el rombo… Así que llegamos a la conclusión de que aquel pequeño juego-ejercicio no era tan fácil, que todos sabemos perfectamente las formas geométricas y que todos sabemos expresarnos perfectamente (o no, pero por lo menos logramos que nos entiendan) pero que cuando tenemos que seguir ciertas reglas o pautas que nos dicen sin poder hacer ninguna pregunta, la cosa se complica.

Al principio se empezó el ejercicio con ganas, tanto por parte del emisor como del receptor pero a medida que avanzaba el tiempo, iba apareciendo frustración por no enterarse de lo que se había dicho y luego desesperación por no poder preguntar o replicar, pero mas tarde, sin importar las pautas que debíamos seguir para hacer el ejercicio, se empezó a no seguir las reglas y a no respetar en este caso al emisor, por lo que gracias a las preguntas (las cuales no se podían hacer) y a la algarabía que se formó, el canal se rompió por completo. Pero fue curioso estar allí y observar cuidadosamente la situación, sabiendo que debíamos hacer y saber que lo estábamos incumpliendo, y al no escucharnos mutuamente, muchas veces las preguntas eran las mismas una y otra vez, ¿cómo no iba a aparecer la desilusión y el enfado si lo que tú preguntabas a los dos segundos saltaba otra preguntando lo mismo? Así que no fuimos capaces de recibir bien el mensaje que el emisor nos quería transmitir porque principalmente no le escuchamos. 

El respeto es la base del entendimiento entre los seres humanos y sin él no se llega a ninguna parte pero claro, si quieres que te respeten, primero hay que aprender a respetar.

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